06 julio 2017

Cómo librarse del vaho en los días de lluvia.


La lluvia se ha convertido en protagonista en los últimos días, y según parece, ha llegado para quedarse por lo menos durante el fin de semana. Con ella llegan también los problemas de visibilidad.

Un correcto mantenimiento de los parabrisas y cristales es esencial para mejorar nuestra visibilidad cuando el tiempo no nos acompaña.

En el parabrisas de nuestro coche se acumula suciedad, insectos o las gotas de lluvia. El no limpiarlos puede comprometer nuestra seguridad en dos sentidos. Por un lado, son una posible causa de pérdida de concentración durante la conducción. Por el otro, pueden deteriorar el cristal con pequeñas ralladuras. De manera que el limpiaparabrisas es un elemento clave en nuestro coche.

Es necesario tener en cuenta que el limpiaparabrisas realiza aproximadamente medio millón de barridos de media cada año, desgastando sus escobillas. La mayoría podrían evitarse si mantuviéramos una limpieza adecuada o aplicáramos un tratamiento específico antilluvia sobre las mismas. De esta manera nuestras escobillas durarán más y evitaremos conducir con ellas en mal estado. Hay que tener en cuenta que si circulamos con las escobillas en mal estado nuestra visibilidad se verá afectada en un 25-30%.

Lo mejor para secar un cristal empañado es dirigir el aire caliente al foco del problema y así compensar el frío exterior. Para ello se deberá poner la calefacción con el ventilador al máximo, ya que este está preparado para reducir la humedad. En este caso no se debe utilizar la recirculación, para combatir el vaho es contraproducente.

Muchos de los coches modernos ya incorporan climatizador, y en general cuentan con un botón que tiene justamente como misión desempañar el parabrisas.

Antes de arrancar el coche también es necesario seguir unas cuantas recomendaciones. Cuando pones el coche en marcha, si practivamos un tipo de conducción eficiente, lo normal es salir inmediatamente para no consumir más combustible del necesario. Pero en invierno, sobre todo a primera hora de la mañana y con humedad ambienta, merece la pena poner el coche en marcha y esperar hasta que el motor se empiece a calentar. De este modo se consigue que el parabrisas esté a una temperatura adecuada gracias a la calefacción, y no habrá problemas de visibilidad.

Ya en circulación, para evitar que los cristales vuelvan a empañarse hay que mantener una temperatura correcta en el habitáculo. Es suficiente con unos cómodos 18 ó 19ºC grados para que se note el efecto sobre los cristales empañados. No tiene sentido agobiarse dentro del coche y gastar combustible extra subiendo la temperatura por encima de los 20 grados.

En cualquier caso, lo peor que podemos hacer para desempañar el cristal es frotarlo con un trapo, un papel, o incluso con la manga de la prenda de ropa que llevemos puesta en ese momento. Limpiar el cristal por dentro es complicado si no se hace correctamente, y desde luego usar la manga del jersey no es la forma correcta. De hecho, la limpieza interior de nuestros cristales ayuda a que no se empañen, más aún si una vez limpios aplicamos una capa de producto antivaho.