19 julio 2017
06 julio 2017
Cómo librarse del vaho en los días de lluvia.
La lluvia se ha convertido en
protagonista en los últimos días, y según parece, ha llegado para quedarse por
lo menos durante el fin de semana. Con ella llegan también los problemas de
visibilidad.
Un correcto mantenimiento de los
parabrisas y cristales es esencial para mejorar nuestra visibilidad cuando el
tiempo no nos acompaña.
En el parabrisas de nuestro coche
se acumula suciedad, insectos o las gotas de lluvia. El no limpiarlos puede
comprometer nuestra seguridad en dos sentidos. Por un lado, son una posible
causa de pérdida de concentración durante la conducción. Por el otro, pueden
deteriorar el cristal con pequeñas ralladuras. De manera que el
limpiaparabrisas es un elemento clave en nuestro coche.
Es necesario tener en cuenta que
el limpiaparabrisas realiza aproximadamente medio millón de barridos de media
cada año, desgastando sus escobillas. La mayoría podrían evitarse si
mantuviéramos una limpieza adecuada o aplicáramos un tratamiento específico
antilluvia sobre las mismas. De esta manera nuestras escobillas durarán más y
evitaremos conducir con ellas en mal estado. Hay que tener en cuenta que si
circulamos con las escobillas en mal estado nuestra visibilidad se verá
afectada en un 25-30%.
Lo mejor para secar un cristal
empañado es dirigir el aire caliente al foco del problema y así compensar el
frío exterior. Para ello se deberá poner la calefacción con el ventilador al
máximo, ya que este está preparado para reducir la humedad. En este caso no se
debe utilizar la recirculación, para combatir el vaho es contraproducente.
Muchos de los coches modernos ya
incorporan climatizador, y en general cuentan con un botón que tiene justamente
como misión desempañar el parabrisas.
Antes de arrancar el coche
también es necesario seguir unas cuantas recomendaciones. Cuando pones el coche
en marcha, si practivamos un tipo de conducción eficiente, lo normal es salir
inmediatamente para no consumir más combustible del necesario. Pero en
invierno, sobre todo a primera hora de la mañana y con humedad ambienta, merece
la pena poner el coche en marcha y esperar hasta que el motor se empiece a
calentar. De este modo se consigue que el parabrisas esté a una temperatura
adecuada gracias a la calefacción, y no habrá problemas de visibilidad.
Ya en circulación, para evitar
que los cristales vuelvan a empañarse hay que mantener una temperatura correcta
en el habitáculo. Es suficiente con unos cómodos 18 ó 19ºC grados para que se
note el efecto sobre los cristales empañados. No tiene sentido agobiarse dentro
del coche y gastar combustible extra subiendo la temperatura por encima de los
20 grados.
En cualquier caso, lo peor que
podemos hacer para desempañar el cristal es frotarlo con un trapo, un papel, o
incluso con la manga de la prenda de ropa que llevemos puesta en ese momento.
Limpiar el cristal por dentro es complicado si no se hace correctamente, y
desde luego usar la manga del jersey no es la forma correcta. De hecho, la
limpieza interior de nuestros cristales ayuda a que no se empañen, más aún si
una vez limpios aplicamos una capa de producto antivaho.
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