Cuando, como
padre o madre, tenga que decidir si lo autoriza a conducir un vehículo, procure
dejar de lado los ejemplos de sus vecinos o amigos. La influencia del entorno
puede no ser buena consejera. Piense y evalúe la “realidad” del medio, del
sistema del tránsito y las características de su hijo/a.
Tenga en cuenta
lo siguiente:
1) Los jóvenes
al volante corren peligro.
Los más jóvenes
(menores de 25 años) se accidentan tres veces más que los mayores, son
causantes de la mayoría de los accidentes que sufren, y mueren más por esta
causa que por cualquier tipo de enfermedad.
2) El tránsito
de la Argentina es de alto riesgo.
Tenga en cuenta
que el tránsito es un sistema conformado por cada uno de los que se mueven en
la vía pública, en interdependencia los unos de los otros. Cuando piense en su
hijo/a conductor/a, no pierda de vista el riesgo que implicarán los que
compartan el sistema con él o ella.
3) Cada joven es
una persona única y diferente; así como su preciada vida, que es única e
irrepetible.
Procure evaluar
las posibilidades de su hijo/a para ser un conductor seguro:
- Personalidad
(por ej: si es impulsivo, inestable, irascible o agresivo, mejor decir que
"no, porque te quiero"),
-
Responsabilidad y madurez en su manejo de las situaciones cotidianas (estudio,
trabajo, etc.)
- Actitud ante
el riesgo (si suele exponerse o verse "casualmente" envuelto en
situaciones peligrosas, abstenerse de autorizarlo).
- Grado de
independencia con respecto al grupo de pares (un ejemplo típico de dependencia
preocupante, es el de los chicos que siempre se apoyan en sus amigos para
decidir qué hacer o a dónde ir). Comentan que hacen algo, aunque no quieren,
porque los demás lo deciden y se muestran angustiados cuando se ven obligados,
por circunstancias ajenas a ellos, a hacer algo distinto.
- Antecedentes
de accidentes y/o incidentes ( en especial de carácter violento).
- Actitud frente
a la autoridad.
4) 17 años es la
edad mínima, no la obligatoria para conducir autos. Su hijo/a menor de edad
necesita su autorización para gestionar su licencia para conducir.
Use esta
atribución con responsabilidad, para bien de su hijo.
5) Se puede
volver atrás con la autorización, no así con los daños de un accidente.
Aunque Ud. haya
autorizado a su hijo/a para obtener su licencia, si su comportamiento como
conductor es peligroso, Ud. puede presentarse y pedir la revocación de la
misma. De todas maneras, no olvide el viejo dicho "Más vale prevenir que
curar".
Cuando decida
que su hijo o hija está en condiciones de aprender a conducir, no lo deje
solo/a, comparta con él o ella el proceso de aprendizaje y entrenamiento:
A) Si puede,
inscríbalo/a en una buena escuela de conducir.
Un experto puede
iniciarlo en las técnicas de conducción en mejores condiciones de seguridad que
Ud.. Pero corrobore que el programa del curso incluya los conceptos de la
"conducción segura o defensiva , preparación indispensable para su
seguridad y toma de conciencia del sistema del tránsito.
B) No le dé el
auto, suba con él.
Acompañe a su
hijo/a en el proceso de entrenamiento, aún después de sacar el registro. Guíelo
en sus prácticas, y transmítale su experiencia, hasta que lo vea andar seguro.
C) Sea paciente,
respetuoso y refuerce su confianza, destacándole sus conductas y decisiones
acertadas.
D) No dé por
sentado que algo, él o ella, ya lo sabe.
Acompáñelo/a y
comparta su experiencia al conducir en diferentes situaciones: por ej.: con
lluvia, de noche, con alto tránsito, en ruta, etc.
E) Sea un buen
ejemplo para su hijo/a.
Use siempre el
cinturón de seguridad y conduzca a la defensiva. Recuerde que los mensajes
contradictorios pueden ser como un boomerang. Por ej.: no podrá hablarle de
conducir a baja velocidad si Ud. no lo hace, o compra dispositivos para burlar
radares. Su ejemplo vale más que mil palabras.
Estas
sugerencias son también válidas cuando se decide autorizar a los hijos a
conducir ciclomotores o motos, vehículos mucho más riesgosos que un automóvil,
aunque algunos padres se resistan a creerlo.