Las fiestas de fin de año son sinónimo de reuniones
sociales y alegrías, y también de excesos. En este marco, los accidentes
vehiculares se multiplican notoriamente.
Según informa el Centro de Experimentación y
Seguridad Vial de la Argentina (CESVI), en diciembre se incrementa en un 20 por
ciento el número de siniestros respecto a otros meses del calendario. Al
volante, la combinación es explosiva: al consumo de alcohol se agregan el
estrés, el cansancio, la ansiedad y demás factores que aparecen usualmente en
este período.
Si bien es preciso tener presente los siguientes
datos durante los doce meses del año, ante el arribo de las fiestas de fin de
año es importante repasar y tener en cuenta los límites permitidos por la ley
para la ingesta de alcohol: Para los que conducen automóviles, se establecen
0,5 gramos por litro de sangre; mientras para los que van en moto el límite
está fijado en 0,2.
Es bueno recordar que cuando se sobrepasan estos
límites, y aunque no se experimente una sensación de embriaguez; de todos modos
se presentan mermas en la coordinación general,
disminución en la capacidad de juicio, relajación del cuerpo y de los
sentidos, alteración de los reflejos, los movimientos se vuelven más torpes y
la reacción tardía. Por supuesto, asuntos nada bueno al momento de conducir.
Tres puntos para tener en cuenta:
-A menor peso de la persona, mayor es el efecto de
la misma cantidad de alcohol.
-Por cuestiones orgánicas, las mujeres demoran más
tiempo en eliminarlo.
-Si no se consumen alimentos, el efecto del alcohol
es aún mayor.
Por ello, se recomienda que aquellos que pasen las
fiestas en la casa de un familiar o de amigos, y se dirijan a la cita en su
propio vehículo; establezcan un conductor designado quien deberá ser cuidadoso
en sus hábitos a la hora de brindar. CESVI propone descartar el mito que afirma
que “un vaso no hace nada” y sostiene la importancia de contemplar un tiempo de
descanso desde la última copa hasta el momento de conducir: por ejemplo, para
eliminar el efecto de dos vasos de vino se precisan tres horas completas.
Muchos sostienen que con una taza de café bien
cargada, los efectos del alcohol se irán pronto. La mencionada entidad insta a
que los conductores no tomen por cierto este consejo, pues si bien puede
despabilar momentáneamente, los efectos del alcohol no pasan de un minuto a
otro.
Por último, si nadie se postula como el conductor
asignado de la reunión, la mejor opción es pasar la noche en el sitio en donde
se ha realizado la reunión o regresar en un taxi o remis. Otro tip a tener en
cuenta es procurar viajar, dentro de lo posible, en las horas menos álgidas de
los festejos. Luego, hacerlo a velocidad moderada y extremar la distancia con
los automóviles cercanos, mucho más que en las jornadas habituales.
Por supuesto que el riesgo en las calles no culmina
en la responsabilidad personal: son muchos otros los que estarán conduciendo
allí. Pero cuanto menos, se reducen los riegos adoptando una actitud para
cuidarse a uno mismo y a los que viajan en el vehículo que conducimos, mientras
los fuegos artificiales destellan en el cielo festivo.