Las luces bajas cumplen una tarea importantísima en
la seguridad vial: mejoran la visibilidad.
Por un lado, permiten ver mejor a los otros
vehículos, y por otro, logran que el propio vehículo resulte visible a mayor
distancia.
Por lo tanto es indispensable que todo vehículo
cuente con un buen sistema lumínico, y que los conductores conozcan los códigos
de luces necesarios para avisar las maniobras que van a realizar. Esto es de
gran ayuda para evitar accidentes, ya que se reduce al mínimo el factor
sorpresa, permitiendo:
Distinguir los vehículos a mayor distancia.
Estar al tanto de las próximas maniobras.
Reaccionar apropiadamente.
Los principales problemas que se presentan al no
utilizar las luces bajas son:
Reducción de la visibilidad.
Falta de referencias.
Errores de cálculo humano.
Diferentes estadísticas internacionales
(Organización Mundial de la Salud, EuroNCAP y National Highway Traffic Safety
Administration) y nacionales (Luchemos por la Vida, Isev y Cesvi) revelan que
el encendido de luces bajas las 24 horas reduce el número de accidentes entre
un 5% y un 8%. Contra lo que podría pensarse, estos Organismos determinaron que
el mayor porcentaje de accidentes se producen durante la franja horaria de luz
diurna. Según estos estudios el encendido de luces permitiría una reducción
del:
28% en choques frontales.
10% en embestidas peatonales.
Si bien, la Ley de Tránsito reglamenta la
obligatoriedad de circular con las luces bajas en forma permanente, como una
medida para disminuir el número de accidentes viales, muchas veces los
conductores no respetan esta norma.
La Ley de Tránsito y Seguridad Vial Nacional (ley
25.456) indica que:
"(...) mientras el vehículo transite por rutas
nacionales, las luces bajas permanecerán encendidas, tanto de día como de
noche, independientemente del grado de luz natural, o de las condiciones de
visibilidad que se registren, excepto cuando corresponda la alta y en cruces
ferroviales"
Es muy útil despejar algunas confusiones y aclarar
que no cumplen la Ley, aquellos conductores que encienden las luces de posición
o antiniebla, ya que éstas, a diferencia de las bajas, no son tan perceptibles
durante el día.
Por último, además de tomar el hábito de mantener
las luces bajas encendidas como un recurso para proteger la propia vida y la de
los demás, es necesario que los conductores presten atención a la regulación de
los faros, a la limpieza, y al mantenimiento de las ópticas.