07 abril 2015

Velocidad adecuada o inadecuada.


Sí. Existen diferentes tipos de velocidad, no solo lento o rápido.

Conducimos siempre igual, llueva, truene, haga frío, calor, con niebla… Claramente eso es un error. Uno de los principios básicos sobre la conducción es la de adecuarnos a las circunstancias.

Todo conductor está obligado a respetar los límites de velocidad establecidos y a tener en cuenta, además, sus propias condiciones físicas y psíquicas, las características y el estado de la vía, del vehículo y de su carga, las condiciones meteorológicas, ambientales y de circulación, y, en general, cuantas circunstancias concurran en cada momento, a fin de adecuar la velocidad de su vehículo a ellas, de manera que siempre pueda detenerlo dentro de los límites de su campo de visión y ante cualquier obstáculo que pueda presentarse

Situaciones existen muchas y muy diferentes. Siempre nos fijamos en las externas, en las climatológicas, en las de la vía.

Pocas veces hacemos revisión de nuestro vehículo. Algo tan simple como darle una vuelta para comprobar que está todo en orden, que las ruedas están aparentemente bien por ejemplo, siempre pendiente cada tres o cuatro semanas de mirarles la presión, claro.
Luego estamos nosotros, los que llevamos los coches. ¿Estamos siempre al cien por cien? ¿O es que quizás conducir es una actividad diaria a la que no le damos excesiva importancia?

La velocidad inadecuada es la que no se adapta a la situación de cada momento, tanto a nivel vía, vehículo o del propio conductor. 

La velocidad adecuada, está casi siempre dentro de los límites, pero tanto o más que eso, es a la que circulamos cuando controlamos el vehículo ante cualquier imprevisto.