27 enero 2016

Manejar sin buena hidratación es como si condujera borracho.


El famoso lema “si bebes, no conduzcas” solo debe aplicarse a las bebidas alcohólicas. En cambio, beber agua resulta muy aconsejable para mantener una buena hidratación, tanto antes del viaje como durante el trayecto.

En este sentido, el estudio “Deshidratación y conducción”, realizado en el Reino Unido, indica que los conductores que viajan con un nivel de hidratación insuficiente comenten más errores que cuando están bien hidratados.

La investigación, muestra un riesgo para la seguridad vial, hasta ahora poco conocido, que se acentúa en los meses de más calor, y que suelen coincidir con períodos de vacaciones, en los que el tráfico por ruta aumenta de forma considerable.

Las pruebas del estudio, practicadas en un simulador, concluyen que la falta de hidratación hace que los conductores cometan el doble de errores que si estuvieran adecuadamente hidratados, un número similar al que tendrían si se hallaran bajo los efectos del alcohol.

El estudio “Deshidratación y conducción” expone que entre los errores más comunes cometidos tanto por conductores que no están adecuadamente hidratados como por aquellos con un nivel de alcohol en sangre de 0.5 g/l, destacan las salidas involuntarias del carril, frenar demasiado tarde y tocar o rebasar la línea de frenado.

En este sentido, se señala que sin la correcta hidratación “disminuye la capacidad de atención y de reacción ante un imprevisto, sobre todo si la conducción es aburrida y requiere poca atención, por ejemplo, en una autopista a una velocidad moderada”.