Si conduciendo un vehículo percibimos un fogonazo luminoso con ruido posterior, estaremos posiblemente ante la presencia de rayos. No es necesario que vaya acompañado de precipitaciones, aunque es lo más habitual. Podemos estar en una tormenta eléctrica que, aunque no posea precipitaciones, sí puede ir acompañada de un fuerte viento. Para conducir, una situación de lo más peligrosa.
Si estamos dentro del vehículo, lo mejor es continuar en esa situación procurando no entrar en contacto con las partes metálicas, apagar la radio y cerrar las ventanillas. Si nos detenemos, es conveniente elegir un lugar seguro alejado de vallas metálicas o tendidos eléctricos. Si estamos fuera del vehículo, lo mejor meterse dentro de él y alejarse de zona de charcos o balsas de agua y zonas húmedas.
Debemos dejar un margen de tiempo para salir del coche, ya que su superficie metálica, al igual que le ocurre a un avión en vuelo al que le cae un rayo, se ha quedado cargada, “polarizada” del campo eléctrico del rayo. Si los ocupantes bajan, y el vehículo no ha descargado a masa, ellos pueden cerrar el circuito al tocar la superficie metálica y pisar el suelo. Depende de la conductividad en ese momento, resistencia que se provoque, etc., para que las consecuencias varíen de un fuerte calambre a lesiones más graves.
Dependiendo del vehículo, lo más probable es que el rayo, genere un arco voltaico entre la llanta y el suelo, descargándose. Generalmente cuando esto ocurre los neumáticos revientan por la elevación de la temperatura. Por este motivo, es importante que, durante una tormenta eléctrica, los conductores disminuyan su velocidad, siendo lo idóneo que inmovilice su vehículo por completo.
Si el vehículo posee un cable de masa, de los utilizados para evitar la corriente estática y los molestos pequeños calambres al tocar el vehículo, será más seguro salir del vehículo porque significará que la tensión de la chapa se ha descargado a masa.
Aunque algunas marcas anuncian igual protección en coches descapotables de forma general los vehículos cabrio con capota no ofrecen la misma protección que uno cerrado frente a los rayos.
Si estamos en un núcleo urbano, la probabilidad de que nos alcance un rayo es prácticamente nula, por no decir imposible. En vías fuera de poblado, la probabilidad ya no es nula, se eleva, por lo que debemos situarnos en algún lugar donde no seamos la toma de tierra más probable para el camino de un rayo, es decir, no debemos ser el punto más alto. Si estacionamos al lado de un edificio que posea pararrayos, podremos estar tranquilos de que no caerá sobre nosotros el rayo.
Como peatones, conviene alejarse de tractores si no tienen cabina, bicicletas y motocicletas, y en general, de cualquier estructura metálica que pueda servir de toma de tierra para el camino de un rayo. Como peatones, lo mejor es estar a cubierto, pero si nos es imposible, no debemos exhibir elementos metálicos ni tocar vallas, rejas, etc.
Aunque el vehículo es el lugar más seguro, es importante recordar que quizá el rayo encuentre camino hacia el interior del vehículo, por romper su estructura, ya que en él existe aire y éste es ionizable, por lo tanto conductor. Aun así, sigue siendo la opción más segura.