La actividad desplegada durante el día produce fatiga, con
una caída en el rendimiento físico y mental. Si, además se ha comido
abundantemente, el proceso de la digestión absorbe energías físicas, aumentando
la fatiga. Y si se ha bebido alcohol la situación empeora gravemente.
La tarea de conducir requiere de concentración y un estado
de alerta y atención permanentes.
Al conducir cansado o con sueño la atención se dispersa, se
hacen más lentas las reacciones y se altera la capacidad de juzgamiento de las situaciones.
Ante un peligro, no se reacciona con rapidez y el riesgo de accidente aumenta.
Se debe evitar conducir cansado o con sueño, tanto de noche
como durante el día.
Cuenta con MPM.