09 enero 2019

Fatiga y conducción.



La actividad desplegada durante el día produce fatiga, con una caída en el rendimiento físico y mental. Si, además se ha comido abundantemente, el proceso de la digestión absorbe energías físicas, aumentando la fatiga. Y si se ha bebido alcohol la situación empeora gravemente.

La tarea de conducir requiere de concentración y un estado de alerta y atención permanentes.

Al conducir cansado o con sueño la atención se dispersa, se hacen más lentas las reacciones y se altera la capacidad de juzgamiento de las situaciones. Ante un peligro, no se reacciona con rapidez y el riesgo de accidente aumenta.

Se debe evitar conducir cansado o con sueño, tanto de noche como durante el día.

Cuenta con MPM.