05 septiembre 2013

El 90% de los siniestros viales ocurre por violar las leyes.



Según datos recabados por el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi), el sobrepaso y las maniobras peligrosas son las principales causas de choques y vuelcos de vehículos en el país.

Según el diccionario de la Real Academia Española de Letras, la palabra accidente (del latín accidens, -entis) significa, en una de sus acepciones: “Suceso eventual o acción de que involuntariamente resulta daño para las personas o las cosas”. Sin embargo este vocablo se utiliza en forma genérica como expresión sinónima de los siniestros viales.

En contraposición con este uso de la palabra se encuentran las cifras. Aquellos números que delatan que más del 90 por ciento de los choques o vuelcos de vehículos ocurren por la falta de respeto a las reglas de tránsito –a sabiendas de que su incumplimiento puede tener consecuencias sobre terceros.

Son estos guarismos los que sirven de fundamento a los jueces y abogados que luchan por caratular de homicidio culposo las causas en las que, por ejemplo, un conductor en estado de ebriedad o pasando un semáforo en rojo atropella a una persona y le produce la muerte.

Según datos proporcionados por el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) sobre las principales causas de siniestros viales, en primer lugar de la lista se encuentran los sobrepasos y las maniobras abruptas (40,5 por ciento).

Continúan detrás en el ránking las distracciones (19,9 por ciento), el exceso de velocidad (13,6 por ciento), la falta de respeto a la señalización, a la prioridad de paso y a la distancia de seguimiento (20,1 por ciento) y el consumo de alcohol sumado al cansancio (5,9 por ciento).

Un conductor que hace una maniobra riesgosa para ganar unos minutos, aunque lleve en el vehículo a toda su familia, deja en evidencia la falta de conciencia de riesgo. Es muy difícil reeducar adultos con estos hábitos, de ahí la importancia de los controles. Ahora bien: si las sanciones después se perdonan, el resultado es dramático: se emite un contramensaje que reafirma la incultura vial.


Muchos conductores creen que usando el manos libres o el Bluetooth eliminan el riesgo de usar celular y manejar; el problema es mantener la concentración en dos focos a la vez. Además, la monotonía de las rutas hace que el conductor tome mate o cambie la radio. Esa desconcentración lo lleva a resolver imprevistos con una mala maniobra.