09 enero 2014

Conducir con calor. Alteración de las capacidades y el comportamiento del conductor.



Nuestro objetivo con este artículo es divulgar los riesgos de la conducción de vehículos a motor en condiciones de calor y las acciones para prevenirlos, a fin de que el conductor pueda efectuar una conducción más segura y confortable.

Calor y temperatura son dos conceptos físicos diferentes, aunque estrechamente relacionados entre sí. “Calor” como la sensación que se experimenta ante una elevación de temperatura, y “temperatura” como la magnitud que expresa el grado de calor de los cuerpos o del ambiente. Estas definiciones, simples y entendibles, nos sirven para los fines de este artículo, permitiéndonos diferenciar el calor de la temperatura.

Se ha medido, en automóviles sin aire acondicionado o climatizador, que en días soleados la temperatura en el interior de un automóvil en movimiento podría ser entre 5 y 15ºC más que en el exterior. Esta temperatura depende, además de la exterior, de variables como la superficie del automóvil expuesta a la radiación solar, el color exterior y de la tapicería del coche, de la ventilación del habitáculo, si dispone o no de cristales tintados, el número de ocupantes, el calor que estos despidan por el tipo de tejido y el color de sus ropas, etc.

Los conductores debemos saber que cuando la temperatura interior del habitáculo del automóvil supera los 24ºC nuestras capacidades para conducir empiezan a estar negativamente afectadas, independientemente del nivel personal de tolerancia al calor.

Síntomas de calor excesivo:

·         Aparición temprana del cansancio.
·         Aparición temprana de la somnolencia y del sueño.
·         Disminuye la capacidad de atención, la asimilación de la información y la agudeza visual con alteración de la percepción de las distancias.
·         Aumento del número y frecuencia de respuestas imprecisas ante estímulos.
·         Reacciones más lentas y descoordinadas.
·         Reacciones más agresivas, bruscas e impacientes.
·         Agrava las reacciones del conductor ante el estrés producido.

Estudios realizados han demostrado que con una temperatura de 30ºC en el interior del habitáculo los fallos del conductor aumentan un 20% y su tiempo de reacción se alarga un 22%, y que la sensación agobiante de calor puede ser causa concurrente – que se da junto a otra – del 17% de los accidentes de tráfico.

El calor también nos hace menos perceptivos, así a 23ºC dejaríamos de ver el 3% de las señales, a 28ºC el 6%, y a 32ºC el 10%. También nos volvemos más agresivos; salidas más rápidas en los semáforos, menor tolerancia con los peatones que aún están cruzando cuando el semáforo se pone en verde, mantenemos velocidades inconstantes, pasamos de una velocidad adecuada a otra inexplicablemente alta o inadecuada, etc.

Consejos para minimizar los riesgos:

·         El automóvil debe estar en perfecto estado de funcionamiento.
·         Asegure que el conductor se encuentra en buen estado psicofísico para conducir.
·         No sobrecargue el coche; no más ocupantes de los permitidos, ni bultos o equipaje en el habitáculo.
·         Evite conducir durante las horas de mayor calor, aunque por motivos de seguridad recomendamos los viajes diurnos frente a los nocturnos.
·         Aliméntese de forma adecuada; ingiera comidas ligeras, evite las comidas abundantes y las pesadas. Beba agua o cualquier tipo de bebida refrescante.
·         Evite fumar en el interior del habitáculo. Fumar es la segunda causa de accidente por distracción en la conducción. Además, los compuestos químicos del humo causarán un mayor cansancio en el conductor.
·         Utilice prendas de vestir holgadas y de fibras naturales, evite la ropa ajustada que oprima al cuerpo. El calzado también ha de ser ligero y cómodo pero ajustado al pie.
·         Utilice gafas solares para protegerse de la radiación solar y de los reflejos, preferiblemente con cristales polarizados.
·         Instale a los niños en su sistema de retención; silla, cojín, etc. Haga lo posible para que se sientan cómodos y entretenidos durante el viaje. Evite que exijan al conductor una excesiva atención.
·         Si su automóvil dispone de aire acondicionado o climatizador mantenga una temperatura en el interior del habitáculo entre 19 y 24ºC. Evite que el flujo del aire impacte directamente en el pecho y en la cara. No olvide programar la temperatura antes de poner el vehículo en movimiento, hacerlo en marcha podría distraernos. Si el vehículo ha estado un largo periodo expuesto al sol parado y con las ventanillas cerradas, ventílelo y baje la temperatura antes de iniciar la marcha o en los primeros momentos de iniciada.

Por último, ni por un instante deje a un niño sólo en el interior de un vehículo expuesto al sol. En los niños, la temperatura corporal sube mucho más rápidamente que en los adultos, y aún no disponen de la capacidad para regularla, lo que resultará mortal para el niño, casi con total seguridad.