Un exceso de peso incrementa el
consumo y varía el centro de gravedad, aumentando las posibilidades de sufrir
un accidente.
Ante la preparación de un largo
viaje en coche, iniciar la ruta con la conciencia tranquila tras haber visitado
el taller para su puesta a punto es tan importante como equilibrar el volumen
del equipaje que nos acompaña con su peso. Un vehículo sobrecargado, o con la
carga distribuida de forma incorrecta, aumenta la posibilidad de sufrir un
accidente. Maletas y demás bultos deben repartirse de manera ordenada para que
no comprometan la estabilidad del vehículo, molesten a los ocupantes o
dificulten los movimientos o la visibilidad del conductor.
El equipaje justo y bien distribuido.
Distribuya los bultos de forma
que los más pesados, aunque no sean los más voluminosos, estén debajo: las
maletas más grandes y rígidas deben colocarse en el fondo y el resto del
equipaje encima. Así mantendrá el centro de gravedad del vehículo lo más bajo
posible.
Coloque la carga en el maletero
de forma compensada para que no afecte a la estabilidad del coche. No ponga
todo lo pesado a un lado y lo menos pesado a otro.
Si viaja con las plazas traseras
libres, abroche los cinturones de seguridad de las mismas. Evitará que, en caso
de colisión, los respaldos traseros cedan y las maletas lesionen a los
ocupantes.
No coloque el equipaje dentro del
habitáculo del vehículo, ya que puede resultar muy peligroso en caso de frenazo
o accidente. Además, si viaja con niños es fundamental que gocen de un mínimo
de espacio y de movilidad para que no se sientan oprimidos e inquietos.
Tenga en cuenta que la existencia
en el interior del coche de objetos con aristas o superficies cortantes aumenta
el riesgo de lesiones de los ocupantes en una colisión.
Coloque todos los objetos -
incluso los más ligeros - en el maletero del coche. Nunca los deposite en la
bandeja trasera. Además de reducir el campo de visión del conductor, se pueden
convertir en peligrosos proyectiles ante una colisión. Una simple botella de
agua equivaldría a una masa de 25 kilos en una colisión provocando serias
heridas a los pasajeros.
Recuerde que el comportamiento
del coche cambia cuando va cargado. La principal consecuencia, además de la
pérdida de potencia -más evidente cuanto menor motor tenga-, es que en caso de
frenada notaremos que la distancia se alarga.
Una buena sujeción es imprescindible.
Siempre que sea posible y una vez
terminado el proceso de carga, rodee el equipaje con una red protectora anclada
a los puntos de sujeción previstos para ello en el maletero. De esta forma, en
caso de producirse una maniobra brusca o un accidente, limitará el
desplazamiento de la carga y su posible irrupción en el habitáculo.
Evite llevar el equipaje en la
baca del coche. Cuando sea imprescindible, impida que los bultos sobresalgan
del perímetro del vehículo y asegúrese de que estén firmemente sujetos y que no
quede la parte delantera más elevada que la trasera. Las mejores bacas son las
cerradas, también llamadas cofres portaequipajes, concebidas como maleteros
herméticos, con cerradura y forma aerodinámica. Tenga en cuenta la carga máxima
del techo de su vehículo (figura en el manual del coche).