30 septiembre 2014

Cómo organizar el equipaje en el coche. El peso, la distribución y la sujeción, los puntos clave.

Un exceso de peso incrementa el consumo y varía el centro de gravedad, aumentando las posibilidades de sufrir un accidente.

Ante la preparación de un largo viaje en coche, iniciar la ruta con la conciencia tranquila tras haber visitado el taller para su puesta a punto es tan importante como equilibrar el volumen del equipaje que nos acompaña con su peso. Un vehículo sobrecargado, o con la carga distribuida de forma incorrecta, aumenta la posibilidad de sufrir un accidente. Maletas y demás bultos deben repartirse de manera ordenada para que no comprometan la estabilidad del vehículo, molesten a los ocupantes o dificulten los movimientos o la visibilidad del conductor.

El equipaje justo y bien distribuido.

Distribuya los bultos de forma que los más pesados, aunque no sean los más voluminosos, estén debajo: las maletas más grandes y rígidas deben colocarse en el fondo y el resto del equipaje encima. Así mantendrá el centro de gravedad del vehículo lo más bajo posible.

Coloque la carga en el maletero de forma compensada para que no afecte a la estabilidad del coche. No ponga todo lo pesado a un lado y lo menos pesado a otro.
Si viaja con las plazas traseras libres, abroche los cinturones de seguridad de las mismas. Evitará que, en caso de colisión, los respaldos traseros cedan y las maletas lesionen a los ocupantes.

No coloque el equipaje dentro del habitáculo del vehículo, ya que puede resultar muy peligroso en caso de frenazo o accidente. Además, si viaja con niños es fundamental que gocen de un mínimo de espacio y de movilidad para que no se sientan oprimidos e inquietos.

Tenga en cuenta que la existencia en el interior del coche de objetos con aristas o superficies cortantes aumenta el riesgo de lesiones de los ocupantes en una colisión.

Coloque todos los objetos - incluso los más ligeros - en el maletero del coche. Nunca los deposite en la bandeja trasera. Además de reducir el campo de visión del conductor, se pueden convertir en peligrosos proyectiles ante una colisión. Una simple botella de agua equivaldría a una masa de 25 kilos en una colisión provocando serias heridas a los pasajeros.

Recuerde que el comportamiento del coche cambia cuando va cargado. La principal consecuencia, además de la pérdida de potencia -más evidente cuanto menor motor tenga-, es que en caso de frenada notaremos que la distancia se alarga.

Una buena sujeción es imprescindible.

Siempre que sea posible y una vez terminado el proceso de carga, rodee el equipaje con una red protectora anclada a los puntos de sujeción previstos para ello en el maletero. De esta forma, en caso de producirse una maniobra brusca o un accidente, limitará el desplazamiento de la carga y su posible irrupción en el habitáculo.


Evite llevar el equipaje en la baca del coche. Cuando sea imprescindible, impida que los bultos sobresalgan del perímetro del vehículo y asegúrese de que estén firmemente sujetos y que no quede la parte delantera más elevada que la trasera. Las mejores bacas son las cerradas, también llamadas cofres portaequipajes, concebidas como maleteros herméticos, con cerradura y forma aerodinámica. Tenga en cuenta la carga máxima del techo de su vehículo (figura en el manual del coche).