Habiendo transcurrido el día de la madre,
compartimos el siguiente consejo.
A partir del segundo trimestre, el vientre aumenta
considerablemente y la conducción puede resultar un tanto molesta. Por este
motivo, es imprescindible ajustar el asiento del automóvil de tal forma que se
llegue perfectamente a los pedales pero sin que la futura mamá se sienta
oprimida.
Uno de los daños colaterales del embarazo son los
problemas de circulación sanguínea. Es aconsejable realizar pausas cada hora y
aprovechar el alto en el camino para dar pequeños paseos que alivien la presión
en las piernas.
Otro buen consejo de conducción para mujeres
embarazadas es evitar los movimientos bruscos del volante. De esta manera,
mitigaremos las tradicionales náuseas de los primeros meses.
El cinturón de seguridad siempre es obligatorio.
Para que no moleste, debe colocarse entre los senos y lo más bajo posible de
las caderas. Así no tocará en la barriga y se podrá conducir más cómodamente.
Además, gracias al líquido amniótico, el bebe no sentirá el mínimo roce. Una
mujer embarazada que conduce con el cinturón, en caso de accidente, tiene menos
probabilidades de perder el bebé que si no lo llevase puesto.
Si no hay contradicciones, se puede conducir hasta
el día del parto, aunque lo ideal es que desde a partir de la semana treinta la
mujer pase a ser copiloto en el automóvil.
A pesar de todos estos consejos de conducción para
mujeres embarazadas, cada caso es un mundo. Por este motivo, si se nota
demasiado sueño o existe algún problema que dificulte la conducción, lo más
recomendable es no conducir.