11 diciembre 2014

Animales sueltos en la ruta.


Las rutas y caminos de Argentina pueden sorprender con la presencia de un animal, que aparece como un obstáculo imprevisto.

Ante esta situación los conductores suelen quedarse sin reacción y protagonizan tremendos accidentes.

Que en Argentina algunos accidentes se generen por animales sueltos en la ruta no es ninguna novedad. En nuestro país una porción de la economía gira alrededor de la ganadería y, por otro lado, una de cada dos familias cuenta con -por lo menos- un animal de compañía (comúnmente gatos o perros). La negligencia de los que abandonan a sus mascotas crea sobre las rutas una infinidad de hechos graves, como puede ser embestirlos o realizar peligrosas maniobras de esquive del conductor que deriven en un siguiente choque.

A continuación, se proporcionaran una serie de recomendaciones para evitar los impactos frente a estos animales o para que las colisiones sean más leves.

Podemos decir que básicamente existen tres tipos de atropellos:
  • aquellos generados por animales domésticos o mascotas,
  • los producidos por ganado errante que ha escapado de un campo aledaño a la ruta y
  • el registrado por animales silvestres donde la ruta corta parte de su territorio.

En el caso de las mascotas, los días más frecuentes de atropellos son las vísperas de feriados o domingos, cuando un gran porcentaje de éstos se escapa de sus dueños o son abandonados en lugares de recreación, y durante la noche o al día siguiente vagan sobre las rutas producto de la gran desorientación que les genera su cambio de hábitat.

Una de las situaciones más frecuentes se da cuando el animal ingresa a la ruta y le resulta muy difícil salir por no contar con vías de escape fáciles. Habitualmente, los carriles se encuentran separados por un guard-rail y en muchos tramos el animal se encuentra encajonado.

El ganado vacuno, ovino o equino, por su volumen suele generar verdaderas tragedias ya que ningún vehículo está preparado para soportar este tipo de impactos. Habitualmente, por la altura, el animal se monta sobre el capot e impacta con mucha facilidad en el parabrisas, una zona muy débil desde lo estructural que genera lesiones directas sobre los ocupantes aún en impactos de baja velocidad.

Por otro lado, el cadáver del animal embestido puede ser un foco de polución o el desencadenante de una nueva tragedia. Gran parte de la logística de los servicios de asistencia de las rutas concesionadas está puesta en retirarlos de la calzada cuando se ha detectado su ingreso o juntar su cadáver una vez que ha sido embestido.

Una de las razones más comunes por las cuales se involucra un conductor en un atropello de animales es la naturaleza impredecible del animal en el instante previo a ser embestido.

Por otra parte, el 80% de los accidentes contra animales se produce durante la conducción nocturna por la imposibilidad de verlo y contar con el tiempo suficiente para reaccionar y frenar antes de impactar.

Por este motivo resultan valiosas algunas consignas que le permitirán estar a salvo de este grave problema:
  • Evite conducir de noche, los faros de su vehículo no le permitirán percibirlo y el animal lo tomará prácticamente por sorpresa.
  • Si ve un animal sobre la banquina piense que instantes después puede estar sobre la ruta, cubra el pedal de freno, disminuya la velocidad y esté expectante para que no lo tome por sorpresa.
  • Si ve a lo lejos un animal cruzando la ruta piense que instantes después pueden cruzar muchos más. Revise con su mirada la zona, mantenga la atención y disminuya la velocidad de su vehículo.
  • Si el animal se encuentra sobre la ruta no intente adivinar hacia qué lado avanzará para generar su esquive, esto suele ser impredecible. Disminuya la velocidad a paso de hombre, genere pequeños toques de bocina y avance una vez que el animal se haya alejado.