29 julio 2014

Ocho consejos para conducir con seguridad en condiciones difíciles.


1. Conducción nocturna segura

Adaptar la visión.

Cuando se conduce de noche se necesita un tiempo para adaptar la vista a la oscuridad. Las luces de la carretera también pueden afectar a la visibilidad:
Cambia el ángulo del retrovisor para reducir el deslumbramiento de los coches que vienen detrás.
Intenta evitar la luz directa de los vehículos que viajan en sentido contrario.

Conducción nocturna segura.

No conduzcas muy deprisa por la noche.
La visibilidad se reduce por la noche, lo que dificulta ver la carretera.

2. Conducción segura con lluvia

Mala visibilidad con lluvia.

Las carreteras se vuelven deslizantes y la visibilidad se reduce con lluvia:
Reduce la velocidad.
Mantén la distancia de seguridad.
Utiliza las luces de cruce.

3. Conducción segura con niebla

La visibilidad empeora con niebla:
Enciende las luces de cruce y las de niebla.
Respeta el límite de velocidad y evita los adelantamientos.
Conduce más despacio si la niebla es densa.
Deja tiempo suficiente para reaccionar en una emergencia, manteniendo la distancia de seguridad.

4. Conducción segura con hielo y nieve.

Arranca el coche de forma suave y progresiva. No pises el acelerador a fondo.
Conduce despacio.
Mantén la distancia de seguridad.
Mantén una velocidad moderada y utiliza las marchas más cortas para controlar el vehículo en pendientes.
Utiliza el freno y el acelerador con suavidad para no derrapar o patinar.

5. Conducción segura con viento.

Reduce la velocidad.
Ten en cuenta que la gente puede no oír el claxon cuando hay viento.
Si llevas carga en tu vehículo asegúrate de que esté bien sujeta.

6. Conducción segura en zonas montañosas.

Antes de conducir en una zona montañosa hay que:
Comprobar los frenos antes de iniciar el viaje.
Llevar todas las herramientas necesarias en caso de avería.
Comprobar el estado del neumático de repuesto.
Llevar alimentos, ropa adecuada y botiquín de primeros auxilios.
Comprobar las condiciones meteorológicas y de la carretera en la zona de montaña y elegir la ruta más segura.
Decirle al menos a una persona dónde y cuándo vas a viajar y cuándo vas a volver. Si no has vuelto pueden alertar a los servicios de emergencia.

7. Cuando se conduce en zonas de montaña.

Conducir con cuidado en las curvas, especialmente si no tienes visibilidad.
Tocar el claxon si no hay visibilidad en una curva.
Nunca acelerar ni adelantar en las curvas con escasa visibilidad.

8. Conducción segura en autopistas

Respetar siempre los límites de velocidad en autopista.
Utilizar siempre el intermitente en adelantamientos o cambios de carril.
No dar volantazos porque se podría perder el control del vehículo y volcar.

21 julio 2014

El adelantamiento en rutas.


La maniobra de adelantamiento en rutas con doble sentido de circulación y sin separación central es una de las más difíciles y peligrosas.

Por esta razón, es que antes de iniciarla, te conviene pensar si realmente vale la pena llevarla a cabo.

En los casos de viajes de larga o media distancia, tenés que preguntarte ¿cuánto tiempo ganarías si adelantas?...y en este caso reflexionar si vale la pena ese tiempo como recompensa, en contraposición al elevado riesgo que conlleva esta maniobra.

Uno de los principales factores que explican este riesgo, es la dificultad que tiene nuestro sistema visual para estimar las distancias, en este caso los cálculos son propios en cada conductor y dependemos de la experiencia para adquirir ese conocimiento.
Por lo tanto son de relativa utilidad las fórmulas que expresan las distancias escritas en un folleto, ya que si bien podrían ser exactas, nuestros cálculos son de valoración subjetiva o sea que cada conductor aprecia la realidad de manera distinta.

En este punto, tenés que advertir que para quien nunca salió a la ruta, aumentarán significativamente sus dificultades para el cálculo de las distancias y esto puede llevarlo a cometer errores en un eventual sobrepaso, con graves consecuencias.

Por esta razón, es que se recomienda que las primeras salidas a la ruta se realicen acompañados por alguien con suficiente experiencia, que te ayude a comprender las lecturas de trayectorias y las distancias de seguridad.

Veamos en 10 pasos la secuencia recomendada para adelantar con seguridad.

1° Cuando observas que te aproximas a un vehículo y percibís que circula más lentamente, es el momento en que tenés que considerar si vas a sobrepasarlo.

2° Igualas la velocidad con el vehículo que te antecede y esto te dará tiempo para evaluar la posible maniobra.

3° Ubicate a una distancia segura de seguimiento. Esta distancia es aquella a partir de la cual podés ver lo suficiente por delante en el carril contrario, pero sin necesidad de invadirlo o tener que zigzaguear.

4° Colocá el cambio que ubica tu motor en su régimen de máximo par o torque, que es donde dispone la máxima capacidad de aceleración.

5° Verificá que no exista señalización que lo prohíba y que la ruta no presente características que dificulten la maniobra –tales como curva, pendiente, paso a nivel, intersección, etcétera.

6° Asegurate de contar con buena visibilidad de manera que puedas apreciar bien el camino y otros vehículos que eventualmente influirán en la maniobra.

7° Observá si otro vehículo circula por delante del que queremos adelantar y si disponemos del espacio para volver a entrar al carril, luego del sobrepaso.

8° Conectá el indicador de viraje, advirtiendo a los demás de tu intención de cambiar de carril para sobrepasar.

9° Si se reúnen todas las condiciones de seguridad necesarias y decidís llevar a cabo el adelantamiento: mirá por el espejo de puerta para asegurarte que nadie te intenta adelantar y acelerá para ganar velocidad pero mostrando el auto en el carril contrario e intentando de este modo de demorar el menor tiempo posible al adelantar.

10° Una vez que superas completamente la línea de la trompa del vehículo que adelantaste cambias el sentido del indicador de viraje y retornarás a tu carril en la forma más sesgada posible.

Por favor, acordate siempre: ante la mínima duda no adelantes, porque el sobrepaso en rutas no admite errores.

15 julio 2014

Conducción subconciente.


La conducción subconsciente es una forma de conducción automática en la cual utilizamos una estructura mínima de procesos cognitivos de tal forma que nos permite mantener un nivel normal de actividad.

Seguramente a todos nos ha ocurrido el manejar realizando todas las acciones necesarias, pero sin prestar atención, como si llevásemos conectado un piloto automático que nos permitiera pensar en otras cosas, por ejemplo: hablar por celular.

Veamos primero que la conducción automática aparece la mayoría de las veces con la rutina, bien sea porque realizamos un recorrido que de tantas veces que lo hicimos lo conocemos a la perfección o porque la naturaleza del recorrido es de por sí aburrida y monótona, por ejemplo una recta muy prolongada en un paisaje desértico.

La frecuencia con la que manejamos y recorrer trayectos de manera habitual son dos aspectos que influyen para activar la conducción subconsciente.

En definitiva se trata de un proceso dinámico donde el conductor intercambia el control y el automatismo en forma permanente, sin dejar de dar respuestas a los requerimientos del medio.

La conducción subconsciente es un hecho normal, donde lo realmente importante es saber cuándo debemos intercambiar del modo subconsciente al controlado.

Ir por la ruta prestando atención a todo lo que nos rodea por cierto que es imposible y por lo tanto, nos permitimos manejar en un estado de “navegación automática” y redirigir parte de esa atención a determinados eventos que nos ponen en alerta porque nos inducen sobre un riesgo.

¿Esta forma de manejar supone un riesgo mayor? La conducción automática y la controlada trabajan en paralelo de manera y se realizan ambas al mismo tiempo. Lo que es imposible y riesgoso es concretar dos acciones que requieran la actividad controlada al mismo tiempo, por ejemplo cuando uno va manejando (primera acción automática) absorto en sus pensamientos (segunda acción controlada) y escucha sonar el teléfono, (tercera acción controlada) aquí es donde ingresamos a una zona de riesgo cierto y peligro inminente.

El problema estaría en la incapacidad para discernir cuándo es necesario pasar de la conducción automática a la controlada. Esto puede ocurrir muchas veces y es impredecible.

Las situaciones de riesgo son la clave para cambiar. Como la conducción subconsciente se hace por debajo del umbral de la razón y por debajo del recuerdo, el conductor no puede decir qué le pasa en esos momentos.

Finalmente, la conducción automática es normal y esperable y si bien algunos piden “que la carretera les hable” el secreto está en disponer de conductores capaces y con flexibilidad para saber intercambiar a las distintas formas de manejo según la situación.

Habiendo acumulado una gran y satisfactoria experiencia en el traslado de personas a media y larga distancia contamos con un equipo de trabajo altamente capacitado, cuente con nosotros!!!

07 julio 2014

Cómo conducir por caminos sinuosos.


Dependiendo de las circunstancias, la carga que soportan los neumáticos no es algo constante ni parejo entre ellos y que la fuerza de tracción depende directamente de eso.

Entrando apenas un poco más en detalles, podemos afirmar que eso puede ocurrir cuando se aplica una fuerza sobre el centro de gravedad de un vehículo, así mientras unas ruedas pasan a soportar más peso a otras le ocurrirá lo contrario, llegando en condiciones extremas a despegarse del piso.

Aprovechemos para incluir otro concepto, el de composición de fuerzas. Este nos dice que cuando sobre un mismo punto actúan simultáneamente varias fuerzas, el efecto que producen todas ellas es idéntico al que produciría una sola fuerza equivalente a la suma vectorial de las anteriores.

Sabemos entonces que todas las fuerzas que actúan sobre un vehículo pueden ser agrupadas en una sola que producirá el mismo efecto. (En realidad esto es bastante más complejo.) También estamos al tanto que la aceleración, freno y el giro, sin olvidarnos de la siempre presente gravedad, están relacionados con fuerzas.

Llevándolo al tema que nos ocupa, al transitar por un camino sinuoso, y con ello nos referimos a aquel que presenta curvas y contracurvas constantes, incluso con radios cambiantes y frecuentemente muy cerrados, el vehículo requiere de un continuo cambio de fuerzas para poder mantener la trayectoria. Mientras que frenar en línea recta descarga las ruedas traseras y sobrecarga las delanteras, hacerlo en combinación con un giro, por la composición de fuerzas, dará una distribución de cargas que se aparta de lo fácilmente predecible. Peor aún, como la fuerza de rozamiento depende de la carga involucrada, tendremos que cada rueda ejercerá una fuerza distinta, lo que de alguna manera retroalimentará esa compleja situación, hecho que de por sí atenta contra la estabilidad y la adherencia.

Nos enfrentamos de esta manera con hechos complicados, donde las fuerzas actuantes varían contantemente y de forma muy notoria por lo que nuestra única respuesta inteligente será acotar al máximo posible el margen de error.

Si sabemos que frenar o acelerar agregan cierto grado de esfuerzo, lo ideal será que ingresemos a la curva siempre con la velocidad adecuada, tratando de evitar las variaciones cuando ya estemos en ella. Recurriremos a los pedales sólo en caso extremo, como puede ser cuando la maniobra resulta subvirante o sobrevirante. De esta manera, dependiendo del tipo de tracción que posea el vehículo, podremos ganar adherencia y retomar la trayectoria necesaria. En cuanto a la dirección busque movimientos suaves y progresivos, los volantazos casi siempre tienden a desestabilizar.

¿Qué hacer?

1) Frene siempre antes de llegar a la curva, hacerlo sobre un tramo recto y con las ruedas derechas siempre resulta más seguro y eficiente que hacerlo girando. La velocidad al comenzar a girar debe ser la correcta para poder girar sin perder estabilidad o adherencia por lo que deberá anticiparse la distancia suficiente que le permita cumplir con este objetivo.

2) Comience a acelerar suavemente solo cuando se ha logrado la segura estabilización del vehículo y tiene completa seguridad de que el avance no se verá entorpecido por ejemplo con un cambio en el radio de giro o una nueva curva. Anticípese al camino, no se enfoque únicamente en el punto en el que se encuentra, trate de ver todo lo lejos que le resulte posible.

En resumen, cuando transitemos por caminos sinuosos, tratemos de utilizar movimientos suaves y mantener una velocidad que nos permita tomar todas las curvas de manera controlada, si bien esto suele ser difícil de evaluar en primera instancia, permanecer dentro de un margen seguro, aún en demasía, nunca es una exageración. Los cambios de dirección constantes en conjunto con freno o acelerador, a los que se pueden agregar pendientes o condiciones de calzada desfavorables, producen situaciones no siempre fáciles de superar, incluso para conductores con experiencia, por lo que la prevención y anticipación son nuestras mejores aliadas.

Cuenten con nosotros para un viaje seguro.

02 julio 2014

Mantener la distancia de frenado, una forma de prevenir accidentes de tránsito.


Mantener la distancia de frenado es fundamental a la hora de conducir un vehículo. ¿Cuánta distancia debemos guardar con los vehículos a nuestro alrededor? ¿Qué dice la ley al respecto?.

Muchos de los accidentes de tránsito que se presentan cada día en nuestras ciudades y carreteras ocurren porque muchos conductores no tienen en cuenta un importante factor a la hora de conducir: la distancia de frenado. Y es que el exceso de velocidad y de confianza en el estilo de manejo hacen que una persona no tome la suficiente distancia con los vehículos a su alrededor,  ocasionando accidentes  que se hubieran podido evitar con un poco  más de precaución.

Al no mantener una distancia de frenado adecuada, podemos también atropellar a un peatón o sufrir un accidente con graves consecuencias que van desde lesiones  hasta la muerte. Por eso, te invitamos a que conozcas los datos más importantes sobre este tema para que siempre conduzcas tu vehículo manteniendo una distancia adecuada.

Distancia de frenado: algunas consideraciones.

Para muchas personas, frenar un vehículo es una acción mecánica que no debería tener mayor análisis. Pero la verdad es que, a la hora de detenernos, muchas variables entran en juego, las mismas que hacen la diferencia entre una conducción segura y otra en la que nos exponemos a mayores riesgos a nosotros mismos y a los demás. 

Una de estas variables es la distancia de detención es aquella que recorre un vehículo desde que el  conductor percibe la situación que lo obliga a frenar hasta que el vehículo,  finalmente, se detiene totalmente. Esta detención no se produce de inmediato y es ahí donde el conductor pierde el control de la situación y ocurren los accidentes de tránsito.

El  tiempo de detención, es un factor que es a su vez la suma de dos factores: el tiempo de frenado de un vehículo (tiempo que transcurre mientras se están accionando los frenos y el vehículo se detiene por completo)  y el tiempo de reacción del conductor (lapso que se demora una persona en asimilar la situación de frenado y pasar  el pie del acelerador al freno del vehículo). Aunque este último está calculado en un segundo, este puede variar según varias condiciones: las características propias del conductor (su destreza al conducir, su nivel de cansancio y concentración al manejar, su capacidad de reacción, etc.) el estado del vehículo (estado de llantas y frenos) y las condiciones del clima y  de la vía.

Velocidad, factor determinante.

A la hora de mantener una frenada segura, debe tenerse en cuenta la velocidad con la que se dirige el vehículo, pues, a más velocidad, mayor es la distancia que debemos guardar con otros vehículos,  para evitar colisiones y accidentes.

Para evitar percances por esta causa, te recomendamos:

Estar atento a la vía y todo lo que en ella sucede: las distracciones como hablar por celular, pelear con otros ocupantes del vehículo, comer, fumar, etc., hacen que disminuyamos nuestra atención de lo que sucede a nuestro alrededor y así frenemos el vehículo cuando ya es tarde.

La Técnica de los Dos Segundos es efectiva a la hora de calcular la distancia entre vehículos: mientras manejas, asigna mentalmente un punto fijo a la trayectoria del vehículo que va adelante (un árbol, un semáforo, una valla, etc.) cuenta dos segundos siguiendo la marcha del vehículo y fíjate si pasas dos segundos después por ese mismo punto. Si cuentas menos de dos segundos, es porque vas muy cerca del vehículo que va delante de ti.

Vigilar el estado mecánico del vehículo: revisa el estado de las llantas y frenos de tu vehículo para así evitar inconvenientes por causa de un desperfecto mecánico.

Cuidado con la distancia de frenado en glorietas, intersecciones y cruces. Muchos accidentes causados por irrespetar la distancia de frenado ocurren en estos lugares, pues muchos aceleran y cruzan sin fijarse lo que hacen los vehículos a su alrededor.

Adaptar la velocidad a las circunstancias del momento y a los lugares por los que se transita. Las condiciones de la vía, la densidad del tráfico y otros factores pueden influir en nuestro manejo seguro y preventivo.

También es necesario mantener una buena distancia lateral con otros vehículos, un importante factor para tener en cuenta para evitar accidentes de tránsito y choques con otras personas u objetos. Al tener una buena distancia lateral, podremos tener un mejor espacio para, por ejemplo, reaccionar a tiempo ante un cambio de carril de otros vehículos, abrir las puertas del carro sin interrumpir la trayectoria de otros y viceversa y para permitir el  cargue y descargue de pasajeros de otros vehículos.

Recordar  mirar por los retrovisores, pues estos ayudan a observar los riesgos fuera del auto y permiten mejorar las distancias laterales y trasera.

Conducir con una disposición alerta a lo que sucede dentro del vehículo y en la vía: evita manejar cansado o bajo el efecto del alcohol o drogas alucinógenas.

Cuida también la distancia lateral del vehículo y fíjate constantemente en la distancia que guarda el vehículo que va detrás de ti.